abril 20, 2024
Opinión

Acerca de la Aceleración del Tiempo

Por Lic. Paula Sabourin

A lo largo de la historia de la humanidad, el Hombre siempre se interesó por determinar el tiempo. Primariamente vinculando al mismo, con los  ciclos de la Naturaleza y su correspondencia con los movimientos planetarios y luego estableciendo fórmulas matemáticas para materializar algo abstracto. Así y todo, se complica encontrar una definición adecuada.

Es obvio que la percepción subjetiva del tiempo cambia radicalmente. Cuando estamos dormidos prácticamente no existe; cuando estamos despiertos también tenemos una percepción del tiempo muy variable o subjetiva. Si hemos estado muy ocupados parece que el tiempo va más deprisa; por el contrario, cuando nos sentimos aburridos tenemos la sensación de que el tiempo se enlentece. Otro efecto similar en cuanto a la velocidad del tiempo se produce por el estado de ánimo.

Existen varios definiciones de tiempo, que se aplican a los distintos tipos de Tiempo. Desde el punto de vista científico se llega establecer serias ecuaciones en donde intervienen la velocidad de la luz, la gravedad, y la distancia. La principal característica de este concepto de tiempo es la de ser absoluto y constante. No depende de ninguna variable externa o interna al individuo.

Con el afán de acercarse a una «exacta definición» el Hombre de ciencia ha ido desarrollando mecanismos para medir el tiempo absoluto de carácter constante y objetivo cada vez más preciso, llegando a resultados impresionantes en la disminución de los márgenes de error: el reloj atómico.

La definición de segundo actual es la duración de 9.192.631.770 períodos de radiación correspondiente a la transición entre los dos niveles hiperfinos del estado fundamental del isótopo 133 del átomo de Cesio, en un estado y condiciones concretas.

Pero existen errores que nos hablan de un «Tiempo relativo», concepto que se introduce con la teoría de la relatividad de Einstein. El mismo que se detecta incluso en los relojes atómicos, se debe a un error de medida, por corresponder a un error en la propia definición de segundo: el Cesio se ve afectado por cambios en la gravedad y en la velocidad. 

Gracias a estudios realizados en 1956, por un profesor de Física de la Universidad de Munich, Winfried Shumann, hoy podemos cuestionar si un minuto durará por siempre 60 segundos. 

Shumann demostró matemáticamente que la velocidad en que pasa el tiempo no es constante. Que se relaciona con complejos vínculos electromagnéticos entre el magma del centro de la Tierra y la ionosfera, a unos 55 kilómetros de la superficie terrestre. Estos campos magnéticos se clasifican según si son muy altos en 1 y en 13 como muy bajos, bajo la clasificación de Resonancia Shumann (RS). Desde 1980 y en tan sólo 6 años se elevó de 7.8 Hz hasta 12, cuando estuvo estática por siglos. ¡Esto significa que 16 horas equivaldrían ahora a un día de 24! 

Otra vinculación interesante es una relación de orden biológico ya que el cerebro humano y el de la mayoría de los mamíferos vibra en la misma frecuencia, 7,8 Hz, indicada como la media en la resonancia Schumann. Hay quienes afirman que esto no es una coincidencia ya que esta frecuencia vincula a los seres vivos, el interior magmático del planeta y la atmósfera. Es por esto que también se la llama «el latido de la tierra».

Una vez más, como en todos los fenómenos de la Naturaleza y el Hombre,  podemos comprobar el «Principio hermético de la Correspondencia» enunciada por los Maestros Herméticos, verdaderos inventores de la Alquimia, la Psicología y la Astrología: «Tal como arriba es abajo, tal como abajo es arriba». ¿Qué quiere decir este simple y profundo enunciado?: Que existen muchos planos que nos son desconocidos y enigmáticos y que al aplicar esta ley de Correspondencia, gran cantidad de cosas que nos serían incomprensibles de otro modo, se nos aclaran en nuestra conciencia. Este Principio es aplicable en el plano físico, mental y espiritual del Cosmos. Permite al hombre razonar inteligentemente de lo conocido a lo ignorado.  

¿Serán épocas de reequilibrar el tiempo que trasciende con el tiempo circular, para estar mas «a tono» con nuestro crecimiento espiritual? Es decir «esperar» al alma cuando ejercemos un cambio en la materia. 

Cuando se habla de Tiempo circular se refiere al tiempo inmanente o Aión. Es un tiempo interno que nada tiene que ver con el reloj ni con los almanaques del calendario Gregoriano. Es el Tiempo del alma y del espíritu. En Astrología se lo simboliza con Neptuno, Dios del Mar: En su mito se decía que Neptuno movía con su tridente las aguas para generar la olas. Son las mismas «aguas» de nuestro inconsciente que claman por encontrar su cauce…y salir a la conciencia.

Es el mismo tiempo del que hablan los Mayas en su calendario de las 13 lunas. Este Tiempo se ajusta más a nuestra naturaleza humana, en donde ya no nos cabe «adaptar» nuestra esencia a fórmulas matemáticas y hacerla «encajar» a la fuerza (nuestro reloj biológico funciona en perfecta sintonía con los movimientos de la Luna, como por ejemplo, los ciclos de 28 días que vivimos las mujeres en edad fértil)

La paradoja está instalada en un mundo moderno lleno de materialismo y consumismo, en donde se quiere «detener» el tiempo a través de cirugías y tratamientos estéticos, «modificar» el reloj en pos de un «mayor» rendimiento del día y «ganar» tiempo gracias al mundo cibernético y a la telefonía celular. El hombre altera su ritmo biológico natural, se siente de mal humor, duerme menos, no descansa y termina perdiendo tiempo junto con el alma de lo que hace, al esclavizarse a los objetos electrónicos de última generación, que les demandan tiempo (para pagar sus servicios, para su utilización, para su reparación, etc) creyendo que ganan tiempo cuando en realidad lo pierden…

Crisis de valores

Sumado a los cambios electromagnéticos que sufrimos en nuestro planeta, y a los consecuentes cataclismos, nos encontramos en una absoluta y profunda crisis de valores: en donde la escala está patas para arriba. Existe en la actualidad una gran cantidad de personas en todo el mundo, que han sufrido profundas crisis espirituales como consecuencia de crisis económicas y financieras. Estas crisis espirituales están trayendo un poco de aire fresco a tanto caos, para purificar y «realinear» lo que se hallaba fuera de su eje. Si tomamos a las vibraciones como distintas manifestaciones de la materia, la mente y el espíritu, (va de la mas baja vibración que es de la materia, a la mas alta que es la del espíritu), podríamos conjeturar que dichas vibraciones en masa, afectarían el campo electromagnético de la Tierra, en contraposición, a manera de «equilibrar» los campos electromagnéticos de que habla Shumann.

Dicho de otra manera el Hombre que causó dichos desajustes es el único que podría revertir los mismos, a través de su autoconocimiento, de la toma de conciencia, de la pérdida del egoísmo, volviendo a lo simple y como dice Thomas Moore: encontrar maneras concretas de devolver el alma a nuestras prácticas espirituales, a nuestra vida intelectual  y a nuestros compromisos físicos y emocionales con el mundo.  

Lo que el Hombre debe aprender es a respetar su tiempo interno y el de los demás, para así vivir mejor en el presente.

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