22 de marzo, 2021
NO DEBE AMANECER
-Lo dije- gritó como si hubiese tenido una epifanía en el final del documental/reality “Copacabana Papers” –la escenografía tiene que estar en movimiento, como la nieve, las naves, la lluvia…-. Así termina la película que se puede ver en el Festival BAFICI 2021, donde muestra su personalidad de artista y loca sin ningún tapujo, como un exponente y sobreviviente de los 90s que falleció el año pasado en la cúspide de su reconocimiento con la muestra “Sentiste hablar de mí”, donde se montaron lugares y ambientes que De Loof creó, así como dibujos, pinturas, cuadernos, diseños de indumentaria.
El documental fue grabado íntegramente en el Copacabana Palace Hotel de Río de Janeiro, entre botellas de whisky, cocaína, un compu donde De Loof subía cosas en Facebook y miraba videos, acompañado del camarógrafo y de Christian Dios. Se lo ve a De Loof tal como lo dice: “No cortes nada, grabá todo” y lo muestra todo, como si el documental fuese un reality. El esplendor, el humor, la decadencia, los sentimientos cuando escucha a Chopin y a Satie, las ideas, el deseo, el pasado, su vida como artista, su enseñanza, son algunos de los tópicos que quedan inmortalizados en este maravilloso documental donde comienza como si no fuese a pasar nada –él, Dios y un cuaderno al lado del tubo de cocaína encerrados en un cuarto del lujoso hotel- y transcurre de todo, en esas dos horas y quince minutos de film minimalista y conceptual que lejos está de encasillarse en la trillada definición de posmodernidad cuando se habla de vacío de contenidos; por el contrario “Copacabana Papers” desborda de contenidos y es tan fino y tan espontáneo –y minimalista y grandilocuente- como la personalidad de Sergio De Loof Demasiado, tal como le gustaba presentarse.
