La visita del presidente de la República Argentina, Alberto Fernández, a Chile, resultó a la medida de las palabras de Alberto cuando dijo: “Este fue un viaje fructífero”. Realmente lo fue. Por razones muy diversas y todas ellas positivas. Por la integración regional y por el reconocimiento de que también aquí debemos unirnos para avanzar.
Se nota en Fernández, una apertura a la normalización de las relaciones con los países de la región. Quizás esté estrechamente relacionada con la actuación que le cabe en el desempeño de la presidencia pro tempore del Mercosur. Es saludable este cambio. Además de todo lo sucedido en Chile, que es muy alentador, también se viene efectuando con diversas acciones que lo están posicionado en otro estamento. La videoconferencia del 30 de noviembre con Jair Bolsonaro, para deponer actitudes de ambos y acercarse a un entendimiento. Es una manera de reflotar una agenda bilateral que nunca debió cortarse con el principal socio de nuestro país.
El primer impacto fue la llegada a la Argentina de Flavio Viana Rocha, secretario de Asuntos Estratégicos de Brasil. Con el hombre fuerte del Bolsonaro, se avanzó en la posibilidad de compra, por parte de Argentina del VBTP-MR Guaraní, un vehículo blindado anfibio que fabrica Iveco Brasil. También, de un acuerdo para la creación de una fuerza de patrullaje marítimo. En estos días, el presidente Bolsonaro recibió al embajador Daniel Scioli y le aseguró su presencia en la celebración de los 30 años del Mercosur, que lo encuentra, a Alberto Fernández, a cargo de su presidencia. A esto le agregamos, al presidente de Uruguay Luis Lacalle Pou, con quien se encontraron, asado de por medio, del otro lado del río, a fines del 2020 y la conversación telefónica que mantuvo con el nuevo mandatario de EE.UU., Joe Biden.
Es una apertura interesante a la política internacional, desde la base de la integración regional. Ese posicionamiento es necesario para avanzar como país y como región. En cada frase de Alberto hay un mensaje conciliador, como le dijo a Sebastián Piñera: “Si hubiésemos estado más unidos podríamos haber sobrellevado mejor la pandemia. Tenemos que hacer de América Latina una región integrada, porque estamos viendo hoy lo que significa la desintegración de la región”. Es muy positivo que se manifieste de esta manera y se logre llegar a esos entendimientos. Por supuesto, en nuestro caso, debemos unirnos entre nosotros como medida inicial. De cara a las relaciones con los vecinos es un deber como argentinos que dejemos de lado las mezquindades y armemos un bloque fuerte y poderoso, para avanzar junto a nuestros hermanos y el mundo.
Trajo al recuerdo una frase de Perón de la época de los 50 y lo mencionó de esta manera: “Perón tuvo una frase que me marcó, nos advirtió que el año 2000 podía encontrarnos unidos o dominados, pero en esa ocasión él habló de lo que llamaba el ‘plan ABC’, que es la unidad entre Argentina, Brasil y Chile. Advertía lo importante que era para nuestros países la comunión de objetivos, no era solo una consigna política, era lo que más nos convenía“. Era tan acertada y se cumplió su definición. El 2000 nos encontró sin unión y así nos fue y nos está sucediendo todavía. Es hora de poner en práctica el consejo y ampliarlo para toda la región. Fernández puede ser uno de los articuladores de estas decisiones. Pero solo no podrá, necesita del apoyo de los suyos y del resto de los latinoamericanos.
Siguió por ese camino remarcando: “Como continente, nuestra primera tarea que debemos afrontar, es volver a estar juntos, unidos y ayudarnos. No nos sirve de nada vivir en un vecindario con tanta desigualdad”. Agradeció el recibimiento de Piñera y sobre su relación con el presidente chileno manifestó: “Me llamó más de una vez para preguntarme qué podía hacer por nosotros y qué podíamos hacer juntos. A veces los medios se esmeran por ver cuáles son las diferencias entre dos hombres que conducen los países y, en verdad, nunca miran cuáles son las coincidencias, que tal vez son muchas más que las diferencias”. Por su parte, el mandatario trasandino manifestó sobre los temas principales conversados con Fernández y destacó: “La reactivación de nuestras economías y la recuperación de los empleos perdidos”.
La agenda fue muy nutrida y “fructífera“. Las relaciones entre ambas naciones, se estrecharán ostensiblemente, después de estas reuniones y acuerdos. El compromiso de aquí en adelante, está centrado en fortalecer las economías de los dos países y tratar de que la pandemia cause los menores efectos negativos sobre las respectivas sociedades. Hay sectores muy diversos en el intercambio comercial, productivo y económico. En especial sobre conectividad, activar pasos fronterizos de conexión bioceánica, infraestructura, en energía, el gas y electricidad. Integración física y digital, el cable submarino transpacífico entre América del Sur y Asia del Pacifico.
Alberto se refiere a estas precisiones con esta frase: “Argentina a veces necesita electricidad en el verano cuando a Chile le sobra. Y a Chile le hace falta en invierno, que es cuando argentina no la necesita Entonces, hay que aprovechar esos aspectos para trabajar juntos”. Sobre el tema del gas, que es un componente muy importante dentro del intercambio bilateral, es imprescindible solucionar la manera de transportarlo. Argentina está en condiciones de proveerlo y licuarlo en Chile: “Tendríamos la posibilidad de que parte de ese gas venga para Chile y que sirva también para licuar gas, algo que Chile hace bien. El presidente Piñera me propuso hablar con empresas que hacen eso en Chile.
La declaración final de Alberto Fernández, en una conferencia de prensa realizada antes de su regreso a la Argentina, manifestó: “En todas las materias que pudimos abordar, este fue un viaje más que fructífero, fue un viaje muy interesante para poner en marcha muchas cosas en común”.
Por Francisco Grillo
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