El café Campidoglio fue uno de los lugares que hicieron época en la vida social de Caballito. Para refrescar esa parte de nuestra historia recurrimos a los recuerdos de Petti Dalessandro, vecino ilustre del barrio.
¿Cómo y cuándo nació el Campidoglio?
Fue a fines del siglo pasado. Los hermanos Gianni tenían un café en la esquina de Rojas (en ese entonces llamada Roma) y Rivadavia, esa fue la ubicación original. Alrededor de 1910 los hermanos Gianni compraron en la suma de 40.000 pesos el solar donde luego se construyó el conocido y famoso Campidoglio. La dirección exacta era Rivadavia 5353 (entrada al café), 5359 (entrada a la confitería) y 5361 (pasillo).
Se mantuvo igual hasta 1927, año en que se hizo una gran reforma. Más tarde los Gianni vendieron al Sr. Sívori, quien luego lo vendió al Sr. Bianchi, permaneciendo en manos de este último por mucho tiempo. Sus últimos dueños fueron los señores Borthini y Domínguez.
Hablar del café Campidoglio era hablar de Caballito, de Ferro Carril Oeste, era un lugar casi obligado para la gente del club, también los jugadores eran habitués del lugar. Entre los personajes famosos que lo frecuentaban estaban Agustín Magaldi, Ernesto Famá, los Vals, dueños del cine Primera Junta, los Carú, José Terragno y entre los jugadores de Ferro, apoyando «la ñata contra el vidrio» veíamos a Pedro Chalú, Arico Suárez, Rodolfo Perego, Osvaldo Alfieri, los hermanos Calocero, Martín Berrade y tantos otros.
Tuvo billares, en el fondo se armaban mesas de póquer, siete y medio, monte, etc., cualquier tipo de escolaso era bienvenido para los muchachos, se jugaba de todo, algunos hasta apostaban al número de interno del próximo tranvía que pasaría (y había quienes acertaban seguro, ya que les habían pasado el dato por teléfono desde Flores). En el año 1932 se instaló una vitrolera.
El Campidoglio indudablemente atraía, para algunos vecinos era una cita ineludible y ya formaban parte del inventario. Y como todo, también tuvo un final. Fue en el año 1949.
Luego en 1952 allí mismo se instaló El Greco con un perfil distinto, era un lugar más suntuoso, ese ya es otro capítulo.
Cuando se cerró el Campidoglio se apagó un farol grande en la noche de Caballito.
