abril 25, 2024
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Ruge el Yaguareté que nos habita

Es su mandíbula la más vigorosa de todos los felinos. Sin embargo, eso no impide que sea uno de los hermanos animales con mayor extinción y mayor peligro de extinción.

250 Yaguaretés existen en Argentina; más en el mundo, quizá rugiendo en sus selvas, desiertos, sabanas, bosques, humedales, áreas de montaña. Frente al exterminador por excelencia: el ser humano.

La arquitectura de nuevas infraestructuras, la deforestación, la cacería, las novedosas rutas que los arrojan a accidentes: son los motivos principales de su veloz desaparición.

Phantera Onca es su nombre científico. Sus abismos nos enseñan que está siendo acorralado, allá y entonces, aquí y ahora.

El Yaguareté es de reacciones particulares, siendo el felino más gigante de nuestra América. Pesa entre 70 y 90 kg, sin embargo algunos pueden llegar a los 135 kg. 150 y 170 cm de largo, más una cola majestuosa de 80 cm, generalmente. Alto. 65 a 80 cm. Pueden ser de color negro o bien, en pocas oportunidades, albinos.  

Territorial. Solitario. De día y de noche. Anda, rueda, nada. Disfruta de la benevolencia de la Madre Tierra. Sea en el barro, sea en las aguas. Donde es capaz de alimentarse de peces, entre otros animales. 

Las tierras de los machos y las hembras suelen ser compartidas, o mejor dicho, atravesadas por ambos. 300 km2 se estima el territorio elegido o el territorio en urgencia.

Su zenit sexual es aproximamente a los 3 años en las Yaguaretés y alrededor de los 4 años en los Yaguaretés. Es la instancia cuando se separan de los papás en búsqueda de patrias novedosas.

Su benevolencia “Yaguaretina” nos ofrenda una vida menos dañina a la flora y la fauna, a fin de cuentas, a nosotros mismos también. ¿Quién no podría deslumbrarse frente a la belleza de un felino, cuyo tamaño y pelaje con manchas, amarillo, hasta derivar en blanco?, ¿acaso quién no cantaría por él y por ella?

Algunos no. Esos que siguen con trampas para arropar hacia la muerte a miles de animales. Esos mil ojos que observan con solo el deseo de mercancías y/o hobbies vulgares.

Podemos detenerlos porque podemos visibilizarlos. El Darnos Cuenta de que los seres de los Reinos de la Naturaleza sufren por esas manos de sangre y hueso que saben triturar lo anhelado.

Pero seas quién seas: ruge el Yaguareté que nos habita.

Fuentes:

unidosporelyaguarete.vidasilvestre.org.ar

felinosdeargentina.com.arredyaguarete.org.ar

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