abril 24, 2024
Salud

Simplemente, ser felices

Por Cecilia Tarling

Me siento a escribir la nota después de haber leído en el evangelio sobre la humildad, “Aprendan de mí que soy manso y humilde de corazón” dice Jesús en Mateo 11,28-29. Humildad. Palabra vapuleada en nuestra cultura, asociada muchas veces con los bienes materiales y otras, más profunda y espiritual, con la auto aceptación y el desapego.

San Juan Casiano (360-435) escribe en su Conferencia número 15: “Es, pues, la humildad la maestra de todas las virtudes, fundamento inquebrantable de todo el edificio, don magnífico y propio del Señor.”

La hermana Joan Chittister, OSB reflexiona sobre la Regla de San Benito: “Benito dice una y otra vez: escucha, aprende, procura estar abierto a los demás. Ese es el fundamento de la humildad. Y la humildad es el fundamento del crecimiento y de unas relaciones agraciadas en la tierra.”

Cuando comenzamos esta serie de reflexiones hablamos de un camino hacia Ser Felices como un estado del Ser y no un sentimiento pasajero. Y la humildad de corazón es la mejor guía hacia esa plenitud del Ser. ¿Cómo vivirla, cómo iluminar ese don magnífico?

En la medida que transitamos nuestros encuentros con el silencio (aunque sólo estemos parados en el lugar de querer comenzar) nos empezamos a conocer desde un espacio libre de prejuicios y lleno de Amor. Descubrimos que, aquellas cosas que quisiéramos mejorar de nosotros mismos no están ahí para ser ocultadas sino para ser sanadas y transfiguradas.

Vislumbramos que más allá del afuera, hay un lugar donde nos habita la Paz, y desde allí podemos Ser en el mundo, Ser nosotros mismos, Ser lo que somos desde siempre, Ser felices.

¿Y el mundo? ¿Me preguntarán? El mundo esperando que nosotros Seamos en él. El mundo es el lugar donde nosotros tenemos que iluminar y dejarnos iluminar por otros. Es donde podemos desplegar nuestra mejor versión cada día, y si vemos que hoy esta versión está un poco ensombrecida, dejémonos ayudar.

Y si percibimos que hoy “puede ser un gran día” como diría Serrat, que nos brote por los poros y hagámoselo saber a los otros. Esa es la humildad de corazón, reconocernos, aceptarnos y desde lo que somos dejar que La Luz nos traspase.

Una lámpara no está para ser ocultada debajo de la cama. Todos somos Luz. Desde el rayo de Luz que sale de nuestro interior, Seamos Felices y hagamos Felices a los demás.

Me preguntarás, pero yo sólo que puedo hacer… buscá y encontrá a otros que intuyan el misterio de la vida como vos. Ser Comunidad que Peregrina es posible aquí y ahora, de eso hablamos la próxima.

Gracias y Bendiciones

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