diciembre 8, 2024
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CUMPLIÓ AÑOS EL MERCADO DEL PROGRESO

El Mercado del Progreso es el comercio más antiguo del barrio,  fue inaugurado el 9 de noviembre de 1889. Fue construido por iniciativa de la Sociedad de Progreso de Caballito . Está ubicado en la esquina de las calles Rivadavia y Del Barco Centenera, antiguamente llamada Silva, ya que por allí pasaba el Arroyo Silva.

El estilo arquitectónico es de neto corte funcional, con una gran cubierta metálica al estilo de los mercados de París, lo que permitía grandes espacios libres. La entrada al mismo se podía hacer en carros tanto por la calle Rivadavia, por Silva, o por el pasaje Coronda. Los espacios descubiertos se cubrían con toldos.

Originalmente constaba de dos niveles, siendo la planta baja de locales comerciales externos, un pabellón central con cuatro naves y dos galerías laterales, y 1200 m2 de viviendas en la planta alta.​ A pesar de no contar con grandes proporciones (sólo 70 varas de lado) contaba con amplitud para el servicio y excelentes comodidades. Las condiciones de limpieza y de ventilación gracias a su cuidada orientación eran novedosas para la época. En total habían 53 puestos. En el pabellón central de 6,50 m de altura se vendían exclusivamente las carnes por ser el área de mejor ventilación por la falta de paredes, al igual que en la actualidad.  Una de las galerías laterales se proveyó de anchas tablas de mármol y fuentes con circulación de agua constante para la venta del pescado fresco. En las restantes galerías se vendían las hortalizas y frutas, y al frente había amplios almacenes. La provisión de agua se realizó por medio de dos fuentes ubicadas en el centro del pabellón, bajo el centro de la cúpula, que abastecía asimismo a los departamentos.

Con la transformación del barrio el mercado se transformó en un espacio de gran movimiento para los vecinos así como para los vecinos de Almagro y Flores. Muy pronto se ocuparon cientos de puestos al aire libre y cubiertos por toldos, en su mayoría pertenecientes a trabajadores inmigrantes.

El mercado fue abierto y reabierto en varias oportunidades. Una de las reaperturas fue por reformas en 1894. El 13 de enero de ese año, don Santiago Cangallo quien era el propietario, comunicó que el día viernes ofrecería carne a las familias indigentes, acto que quedó en el recuerdo de los vecinos.

Con el tiempo se fueron introduciendo reformas, en los años ’20 se incorpora el Pasaje Coronda como calle interna de servicio, donde se instalan las cámaras frigoríficas. Entre 1929 y 1930 se reforma la fachada con ornamentación a la moda de la época aunque combinando con los elementos clasicistas del frente sobre Centenera. Se incorpora en el frente un reloj y el nombre del mercado en estilo Art decó.

El mercado pasa de la primera sociedad anónima a manos de un único dueño, luego en los años 50 y 60 hubo inquilinos, hasta que en 1957 sufre una crisis, que resulta en un acuerdo entre la familia propietaria y los puesteros arrendatarios, mediante el cual forman una sociedad anónima y compran el predio, para hacerse cargo de su explotación comercial hasta nuestros días.

En la década del ´70 la fachada tuvo otro cambio, ya que el frente fue cubierto por placas de aluminio en diferentes tonos de marrón, beige y naranja  tapando la fachada Art Decó.  Finalmente ese frente fue removido, volviendo a lucirse la fachada que puede verse en la actualidad.

Otro agregado que se hizo fueron los murales realizados por la artista plástica Mónica Corrales, que ilustran la historia del Mercado y del barrio.

Actualmente el edificio cuenta con 17 negocios a la calle y 174 puestos interiores distribuidos en 3600 m2, que triplica la superficie de hace 114 años.

El mercado es uno de los grandes referentes de la ciudad en el área gastronómica. Muchos habitantes tanto como chefs visitan el mercado semanalmente para abastecerse de una amplia variedad de productos de selecta calidad.3​La atención es personalizada, debido a que a mayoría de los puestos que allí se encuentran son atendidos por sus propios dueños, muchos de ellos fueron pasando de generación en generación, siendo 60 de ellos nietos y bisnietos de los pioneros.

Los productos que se pueden conseguir en el Mercado son frutas, verduras y hortalizas nacionales o importadas, todo tipo de carnes frescas y frutos de mar, elaborados en formas modernas o tradicionales, como ser matambres, carnes rellenas, empanadas, etc.

El mercado tiene fama de ser caro, y si bien, los vecinos y clientes comparten esa opinión, la mercadería que ofrece es de primera calidad.

En el año 2001 fue declarado Sitio de Interés Cultural por el Gobierno de la Ciudad.

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