Un espacio en Almagro cumple con el rito de milanesas al soon del ritmo roquero. Excentricismo que combina modernidad y tradición. Los detalles del suceso barrial que trasciende las fronteras de la comuna 5.
El pequeño templo de la milanesa de Almagro logra trascender los límites del barrio. Popular e innovadora ofrece más de 34 variedades de milanesas con recetas únicas y acompañadas del tradicional rock nacional. Una mezcla imposible de perderse que se perfila como una opción que se distingue en el barrio.
El espacio cuenta con más de 15 años de activad gastronómica en el barrio, sin embargo ésta no es su faceta más atrayente sino su receta rioplatense la que logro posicionarla entre las mejores ofertas gastronómicas de la zona.
La historia del local no es distinta a la de otros emprendimientos gastronómicos que atravesó diferentes gobiernos y épocas. A raíz de los malos momentos el actual local ubicado sobre la avenida Rivadavia supo improvisar una receta casera única y extraordinaria que lograría posiocionarlo como referente de la zona.
La receta incluye una salsa extraordinaria que cautiva los sentidos al estilo napolita. La carne debe ser siempre nalga porque es más tierna. Le hace unos pequeños cortes para que no infle durante la cocción y las pasa dos veces por pan rallado y una vez por una mezcla de huevo, bastante perejil y mucho ajo.
“Al huevo no le agrego nada, ni leche, ni soda”, detalla don Carlos, el dueño del local.
Otro secreto, elemental, es la frescura de todos los ingredientes y la claridad del aceite en el que se fríen. “Ni freezer ni heladera, yo hago todo el momento”.
Entre las más pedidas, están todas las que tienen cebolla y panceta (¡cómo no!) y la clásicas a caballo y napolitana (o la napolitana que viene con tomates en rodajas).
El plato no es más que un típico menú clásico pero enriquecido con el toque de estilo casero que el da el lugar.
Entre las variedades más buscadas se encuentran: fugazzeta, calabresa, con roquefort, con anchoas, caprese que parecen más bien pedido de pizza pero sin embargo son aplicables en las milanesas que ofrece el lugar.
Sus excéntricas recetas caseras se vieron perfectamente combinadas con el ambiente roquero del lugar atiborrado de tapas de discos, afiches, carteles y demás memorabilia musical, entre las cuatro paredes del restaurante mientras quede fondo se escucha un rock (Pappo a la cabeza), blues, metal y algo de jazz que atrae a todos.
(58)