Después de años de esfuerzos estériles, se está llegando a poner “toda la carne en el asador” sobre la recuperación de las condiciones de sustentabilidad del Riachuelo. Para sanear sus aguas y cauce contaminados y los bordes de su ribera, en todo el trayecto de su trazado.
Ha llegado el momento de comenzar a recoger lo sembrado, a través de muchos años. Ya se vislumbran algunas señales, de que se están alcanzando los objetivos propuestos. Los trabajos que se realizan son múltiples, como también son diversos los que se responsabilizan de desarrollarlos. Desde ACUMAR se informa que con el Municipio de Avellaneda se comenzó a impulsar la construcción de 10 nodos a lo largo del espacio denominado “Camino de Sirga”. Son 35 metros de ancho en las dos costas de la Cuenca, que la Justicia ha solicitado a ACUMAR, que deben permanecer liberados y con libre acceso del público.
Estos espacios apuntan a proporcionar zonas acondicionadas para las prácticas de actividades recreativas, lúdicas y deportivas. Estarán compuestos por propuestas en el sentido de poner en valor estos espacios públicos y destinarlos al beneficio del vínculo de los vecinos con el río e impulsar, una mejora notable en la calidad de vida próxima a la Cuenca del río. Todo este desarrollo se llevó a cabo por medio del trabajo articulado entre el Municipio de Avellaneda y la Ciudad de Buenos Aires. Contempla la posibilidad de dotarlos de juegos infantiles, bancos, mesas y equipos para hacer gimnasia.
En el medio de una intervención paisajista, agregando la plantación de vegetación nativa de la cuenca Matanza Riachuelo. La idea se complementa con el impulso a extender a los otros distritos, la continuidad de la propuesta, a lo largo de la Cuenca. Para ofrecer un paseo continuado en las dos orillas del Riachuelo. Se está implementando de manera cotidiana el mantenimiento de la limpieza de los bordes del río y de sus aguas. Es la manera de controlar que se mantenga libre de desperdicios residuales orgánicos e inorgánicos. Sobre 18 km del trazado del borde costero, se realiza un trabajo constante de limpieza y cuidado. Dentro de los 630.000 metros cuadrados de espacio público terrestre y sobre 108.000 metros cuadrados del curso del agua.
La aplicación del espacio costero se ubica en una franja de 35 metros de ancho, que se extiende en las dos orillas del río. Están disponibles para realizar la tarea todos los días, diversos equipos de tierra junto a la lancha Eco Río y el pontón The Keepership, dos embarcaciones de apoyo. La Dirección de Limpieza del Servicio Público de Higiene Urbana, también se ocupa de los lugares del borde costero de la Villa-21-24. Se realizan constantes inspecciones y se recogen todos los residuos que vayan apareciendo y evitando que se continúen acumulando. Con esta manera de realizar los controles, se ha conseguido disminuir las miles de toneladas que se depositaban en la zona hasta ahora.
Las inversiones realizadas a través ACUMAR, han ascendido a casi 100 millones de pesos. Los cuatro nodos de Avellaneda recibieron $53.354.374 y los seis de la Ciudad, $54.324.465. Antolín Magallanes director de Gestión Política y Social de ACUMAR declaró: Son obras de infraestructura sanitaria, de agua y de cloacas, como la recientemente terminada en la Villa 21-24, financiadas por el Banco Mundial a pedido de ACUMAR“. Quien también se refirió al otro objetivo, que se apunta, de manera conjunta, a la puesta en valor de las riberas costeras. Se trata de recuperar la navegabilidad de la Cuenca para aprovechar otro medio de comunicación y transporte, entre los distritos aledaños al curso del agua. La idea es comunicar, por este medio a Tigre con Quilmes.
Con sus palabras, así lo expresa Antolín Magallanes: “En la última audiencia pública, la más concurrida de ACUMAR, se apoyó mayoritariamente la navegabilidad, desde el kilómetro cero, las cuatro Bocas del Riachuelo, hasta el Transbordador Nicolás Avellaneda, ya recuperado. Un primer paso que permite llegar navegando desde el Tigre para luego seguir hacia Quilmes”. El Riachuelo nace entre los partidos de Marcos Paz y Cañuelas, donde confluyen los arroyos Rodríguez y Castro, desde allí recorre 70 kilómetros para desembocar en el Río de la Plata. Durante su trazado recibe el aporte de varios cursos naturales. También de diversos desagües pluviales y arroyos a cielo abierto o entubados.
En base a estas informaciones, se está muy cerca de que se habilite la navegación por este curso de agua. Que además va a incorporar un paisaje atractivo para el disfrute de los vecinos y como atracción turística. Magallanes sostiene la idea con estas declaraciones: “El Riachuelo muestra un paisaje emergente con las condiciones dadas para habilitar la navegabilidad, con posibilidades técnicas de hacerla, con sus correspondientes controles y sin ningún impacto ambiental significativo. Recuperar su navegabilidad incentiva el desarrollo social, económico, cultural y turístico; además de desarrollar el transporte polimodal”.
Francisco Grillo
