El 2 de octubre de 1934, por Ley 11.920, se autoriza al Poder Ejecutivo a utilizar hasta m$n 250.000.- para erigir un monumento al Libertador Simón Bolívar. El 23 del mismo mes se dicta el decreto por el cual se abre un concurso público de trabajos, designándose una comisión, presidida por el Dr. Piñero e integrada por el Intendente Municipal, el presidente del Consejo Deliberante; el presidente de la Junta de Historia y Numismática, general de división Esteban Vaccarezza; el presidente de la Comisión Nacional de Bellas Artes, contraalmirante Segundo Storni; el rector de la Universidad Nacional de Buenos Aires; el presidente de la Comisión Nacional de Museos y Lugares Históricos; el senador nacional Antonio Santamarina; el Dr. José Arce; el Dr. Ernesto Bosh; el general Angel P. Allaría; el Dr. Pedro N. Ledesma; el coronel Beberían y los señores Rodolfo Pirovano, Luis Colombo y Alfredo González Garaña como secretario. Al fallecer el Dr. Piñero, fue designado como presidente de la comisión el general Vaccarezza.
En 1936 se presentan los trabajos y se evalúan los resultados del concurso. Los primeros seis puestos son ocupados por los escultores: José Fioravanti, Gonzalo Leguizamón Condal, Alfredo Bigatti, César Sforza, Antonio Sassone y Troyano Troiani.
Durante el año 1935 la Comisión aconseja el emplazamiento del monumento en las barrancas del Parque Lezama, sobre las avenidas Almirante Brown y Paseo Colón.
Un año antes de su inauguración, el 23 de junio de 1941, el decreto 96.510 establece su emplazamiento en el Parque Rivadavia. La Embajada de Venezuela recurre la medida argumentando que se relega al monumento a un barrio secundario, solicitando sea emplazado en el Parque Tres de Febrero. No se hace lugar al pedido.
El proyecto original del ganador del concurso, José Fioravanti, dio lugar a acaloradas discusiones. El prócer montaba sobre un caballo, desnudo y tan sólo cubierto con una toga al estilo de un cónsul imperial romano. La ubicación de la escultura era paralela al arco y uno de los bajorrelieves fue considerado demasiado violento. Las controversias generadas por la concepción del artista, se acentuaron hasta que Fioravanti cambió el vestuario por un uniforme militar, reubicara al jinete y su montura perpendiculares al arco y remplazara el bajorrelieve cuestionado.
El monumento es un conjunto arquitectónico-escultórico compuesto por:
Un arco triunfal revestido con placas de mármol travertino y decorado por cuatro bajorrelieves, en su frontis una leyenda reza: «A Simón Bolívar – La Nación Argentina»
Dos bajorrelieves frontales: «Juramento», que representa el juramento que realiza Bolívar en el Monte Sacro (Italia), el 15 agosto de 1805, a los 22 años. Allí jura romper las cadenas que oprimen a su patria, por voluntad del poder español.
«Guayaquil» es el segundo bajorrelieve frontal, que ilustra el encuentro llevado a cabo en 1822, en aquella ciudad, entre Bolívar y San Martín.
En la parte posterior del arco los bajorrelieves son: «Lucha» y «Paz» reflejan dos instancias en las que el prócer supo brindarse en espíritu y esfuerzo permanentes.
Al frente, complementan al conjunto, dos figuras femeninas, desnudas, que representan «La Inspiración»; cuyo rostro es parecido al de la esposa de Fioravanti, y «La Gloria». Ambas esculturas son de mármol travertino.
Las medidas del arco son: once metros de alto por veintidós de ancho. La estatua ecuestre de Bolívar está hecha en bronce y mide cinco metros y medio de altura. Está ubicada sobre un pedestal revestido en mármol.
El caballo va al paso y tiene tres patas apoyadas en el piso y una apenas levantada, lo que simboliza que el jinete no murió en combate, sino por otras causas.
Inauguración: 28 de octubre de 1942
Un sol brillante y fuerte parecía imponerse al frío y al viento, poco primaverales, el 28 de octubre de 1942. A las 10.10 de la mañana la marcha de Ituzaingó anunció la llegada del Presidente de la Nación, Dr. Castillo, junto a él, el Ministro de Relaciones Exteriores, Dr. Ruíz Guiñazú, el Canciller de Venezuela Dr. Parra Pérez, Ministros del Poder Ejecutivo, Embajadores de los demás países americanos, el general Vacarezza, presidente de la Comisión Nacional Monumento a Bolívar, autoridades y personalidades universitarias; dieron al acto una total representación nacional.
Entre dos avenidas de cadetes, aspirantes de institutos militares y más de ochocientos alumnos de diferentes escuelas, se acercó la numerosa comitiva a los palcos instalados a la izquierda del conjunto escultórico, aún cubierto. Una guardia de honor de cinco efectivos del Regimiento de Granaderos formaba sobre la base del extenso arco de triunfo.
Luego de un discurso donde felicitó al autor de la monumental obra, José Fioravanti, el general Vacarezza hizo entrega del monumento al Presidente de la Nación, quien acompañado por ambos cancilleres descorrió el enorme lienzo dejando al descubierto la belleza de la obra.
De inmediato las bandas militares hicieron oír los himnos de ambos estados, mientras dos escuadrillas de Curtiss JN, de la Aviación de Ejército, volaban sobre la vieja quinta Lezica.
Los cancilleres de los dos países hablaron sobre la historia común de estas naciones y de sus próceres. Las autoridades se dirigieron entonces al palco instalado sobre la Avenida Rivadavia. Más de siete mil personas se habían reunido para asistir al acto.
Efectivos del Colegio Militar de la Nación; Escuela Naval Militar; Escuela de Suboficiales Sargento Cabral; Escuela de Mecánica del Ejército; Escuela de Infantería; Escuela de Caballería; Escuela de Mecánica de la Armada; Regimiento de Granaderos a Caballo General San Martín; Regimientos de Infantería 1; 2 y 3 y un Batallón de la Escuadra de Ríos, desfilaron por la Av. Rivadavia. Los cuatro mil efectivos fueron fervorosamente aplaudidos por el público presente. A las 12.30 concluyó el acto, quedando inaugurado un importante y bello conjunto escultórico que prestigia a Caballito y a Buenos Aires toda.
